jueves, 29 de noviembre de 2012

Sillón para dos.


No voy a ser jamás, la mujer 
sentada en un cómodo sillón.
Mi tendencia es más a “culo inquieto” 
y no quiero  detenerme con las piernas cruzadas, 
las manos paradas y los pensamientos
ausentes.  Cruzaré las piernas, si, 
pero como acto reflejo cuando hablo
contigo. De las manos mejor ni te cuento,  
ya conoces la inquietud de mis dedos 
cuando tienen cerca tu pelo.
Y qué decir de mis pensamientos 
si discurren atropellados en mi mente
como si llegar a la meta de un hecho  
fuera el más necesario de los cometidos.
No voy a ser jamás la mujer sentada... 
en un cómodo sillón, 
a no ser…
que el sillón sea para dos.

1 comentario:

Mos dijo...

Muy bien dicho, Maribel.
:):):):):):):):):):)

Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.