jueves, 11 de octubre de 2012

Nadie

Nadie, nadie durmió aquella noche.
De nuevo la parca extendía su sombra
lúgubre en los pensamientos.
Todos, otra vez, repetían la escena:
el llanto mudo, el silencio asfixiante
y el vacío camuflado en tímidos pasos.
Sólo el reloj expresó su lentitud.
mientras todos, todos, nos sentimos nadie.

2 comentarios:

Unknown dijo...

si es que en realidad somos Nadie...
me gustó leerte!!

Un besazo!!

Mos dijo...

Nada asfixia más que sentir lamuerte entre nosotros.
Uf, Maribel.

Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.