Acecho en silencio
como se atropellan
los instantes
en mi reloj de pulsera.
Casi de puntillas
dibujo sobre un vaho
inexistente en la ventana
tu sombra, que no llega.
Un cigarrillo
quema mis dedos.
Se contonea el humo
como un cuerpo atrapado
en el tango que jamás
marcaron nuestro pasos.
Otra calada más
del maloliente cigarro
y dejaré
que sea mi sombra
quien sin prisa alguna
te continúe esperando.
En esta noche de humo y copas
Aprenderé a olvidar
los besos que no me has dado.
11 comentarios:
Concentración oportuna tras la ventana.
Muestra de vida tus rojas uñas...
Besos y aplausos en este regreso.
Espero que la calma veraniega te devuelva a tus versos para que puedas deleitarnos con ellos.
De todas formas, aprovecha el verano: mereces más que nadie un descanso reparador.
Nos leemos.
Besos,
Anabel, la Cuentista
No sé qué se olvida más fácil. Si lo que sucedió o lo que esperamos.
No sé...
Pero me encanta leerte poemas.
Un beso grande.
Dejar la sombra aguardando lo que no vendrá, y salirnos del circulo en busca de un nuevo sol que nos bese.
Besos
Difícil propósito, olvidar unos besos deseados.
Besitos
Como se olvidan unos besos no dado y tan deseados?
Hermosa poesía, encantada de volver a leerte.
Besos
anamorgana
He arribat tard.
Ja no hi erets.
L’olor forta del cigar
mal apagat,
el cul tacat de les copes
sobre la taula,
la taca dels llavis
marcant la boca
de la píxide
i el retall
de l’ombra a la paret,
em diuen
que hi has estat.
M’assec a l’escaire
de la cadira
on abans seies tu,
cerco en el desert de nit
del local buit d’aire, llum
i ple de solitud,
buscant el darrer rastre
que em dugui amb tu.
Un instant abans de partir,
deixo sobre la marca
del teus llavis,
l’empremta dels meus,
paga i senyal
dels petons
que avui no te donat.
He arribat tard.
Però no me m’he oblidat.
Me ha encantado este poema. Y me gusta volver a leerte. El cigarrillo se consume lentamente, pero hay recuerdos que no lo hacen por más que los prendamos. Creo que son los que nunca han existido, los que nos inventamos, aquellos que más cuesta borrar de nuestra mente.
Un beso, Maribel. Sigue regalándonos tu poesía. Nos gusta recalar en ella.
Luisa Fernández.
Después de vacaciones, quiero más, que tienes este cajón de sastre muy abandonado.
Bueno, parece que no estás desentrenada y la prueba es este poema.
Pásalo bien, descansa y en no sigas añorando lo que no tienes, sino disfruta de lo que sí, y haz que sea intenso.
Un abrazo,
El instante antes del beso, es precisamente el verdadero sabor del deseo, y tal como otro de tus lectores comenta, estoy de acuerdo en que es lo más dificil de olvidar... "Desear el deseo" es el caviar de la pasión... Aunque finalmente el deseo termina por guardarse entre los pestañas de las colillas, y se consume casi sórdidamente en los surcos de los años... sentirse puerca recordando y deformando los recuerdos hasta hacerlos salvajes... porqué no, soltarlos como jaurías hambrientas por nuestros pensamientos, y alcanzar el nirvana de la lascivia, con la neuronas, sin las manos... Eso que nos queda, imaginar lo que pudo ser, y qué coño, deleitarnos un rato imaginándolo (seguro que lo imaginado, supera con creces la realidad de haber sido. O no lo demuestra así la experiencia...)
Gracias a todos por seguir entre mis letras pese a mis silencios.
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