miércoles, 25 de abril de 2007

NOCHES COLAPSADAS




No durmió aquella noche, los gajos amargos de una fruta más prohibida que la terrenal, fueron ocupando la estancia junto a ella como sombras fértiles en la memoria, un desfile incesante vagó en lentitud de ánimas sin escrúpulos.
No durmió aquella noche, ni dormiría tantas otras.

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