Tal vez tus manos
hayan hecho entrega de tantas caricias
que hoy en el atardecer de los años
te duelan.
Tal vez tus ojos
vertieron tantas lágrimas de felicidad
como de pena
que llegada la cumbre de tus anhelos
no necesitarás más.
Tal vez tu cuerpo
sembrado de amor por los cuatro costados
retenga un aroma despierto
de antaño, ceñido a la memoria.
Tal vez, será todo tal vez.
Es hoy, en una febril realidad
sin atisbo alguno de tal vez
donde más alumbra tu corazón.
Donde te llueven manos dando tanto
como de ti recibieron.
Donde te visten miradas en lucha
por desterrar llantos.
Donde crecen nueve ramas
florecidas de tu cuerpo
adheridas sin necesidad de plegarias.
Hoy se borra el tal vez
a la hora de nombrarte: Madre… Mujer.
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