martes, 17 de abril de 2007

MADRID

Bajo mis pies,
se abrió la ciudad
y con el hambre en los ojos
-como cuando era niña-
cada rincón ante mí floreció.
Bajo mis pies crecían calles
que contaban años
tal vez, contaban también
soledades, que no escuché yo.
El hambre en la mirada
-como cuando era niña-
aun no se sació.

No hay comentarios: