Mi sabiduría no anda más allá de la constancia.
abrir las compuertas de mi ignorancia
para inundar de nuevos esquemas y enseñanzas.
Pese a lo mucho recorrido, siempre es nada
me diluyo en todo aquello que rezuma
nuevos ecos, nuevos partos en la palabra.
Amanezco en la luz inmensa y poderosa
que de mi hace mota banal, nadie.
y por más que aprenda nunca sabré nada.
Acabaré quizás esta vida, ignorante de tanto
como otorga vivirla.
2 comentarios:
Nuestro saber es un punto diminuto en el infinito del conocimiento; un grano de arena en la playa de la vida.
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Que gran fuente de vida la banalidad!
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